Está por llegar la temporada de vacaciones y los días más fríos del año, y es común que nuestro compromiso con el entrenamiento se vea afectado. Sin embargo, esta época no tiene por qué significar un alto total en nuestra actividad física.

Con algunos ajustes y algo de creatividad, puedes mantenerte activo y aprovechar esta etapa para explorar nuevas formas de moverte y cuidarte.

Aquí te van algunas ideas para que no caigas en la tentación de abandonar todo por completo:

Adapta tu rutina a las circunstancias

Ten en mente que no siempre podrás seguir tu plan de entrenamiento habitual. El clima, los horarios cambiantes y los compromisos sociales van a demandar que hagas ajustes.

En lugar de frustrarte, busca formas de adaptar tu rutina, por ejemplo:

Reduce el tiempo, pero mantén la constancia. Si antes entrenabas una hora, 20 o 30 minutos pueden ser suficientes para mantenerte activo y créeme, no vas a perder masa muscular.

Aprovecha espacios cerrados. Si el frío es extremo, entrena en casa, en un gimnasio o en espacios públicos techados. Hay muchas opciones para ejercicios de cuerpo completo sin equipo.

El objetivo no es hacer todo igual, sino buscar alternativas para mantenernos en movimiento.

Prueba algo nuevo

Estos meses pueden ser una oportunidad perfecta para explorar actividades diferentes que no habías considerado, como clases grupales de baile, yoga, barré, indoor cycling, etc.

Puedes probar el entrenamiento funcional o HIIT que es perfecto para sesiones intensas en poco tiempo, ideales para días ocupados o para hacerse en casa.

Probar algo nuevo puede renovar tu motivación y ampliar tu panorama, quizá y hasta termines siendo uno más del “team bici antro”.

Incorpora algo de actividad física en tu día a día

Si te resulta difícil encontrar tiempo para entrenar, busca integrar el movimiento en tus actividades diarias:

• Abrígate bien y realiza una caminata de 20 o 30 minutos a primera hora de la mañana.
• Realiza una caminata corta después de cada comida.
• Usa las escaleras en lugar del elevador.
• Si te vas a reunir con alguien, cambia el estar sentado tomando un café, por caminar en la plaza tomando tu café.
• Organiza actividades al aire libre con amigos o familia, como caminatas o paseos en bicicleta.

No subestimes el descanso activo

El descanso también forma parte del proceso de entrenamiento. Si necesitas bajar el ritmo durante las vacaciones, hazlo, y opta por un descanso activo como:

• Estiramientos diarios.
• Caminatas suaves.
• Sesiones de movilidad y fortalecimiento ligero.

De esta forma le damos un descanso a nuestros músculos, articulaciones y a nuestra psique. No todo el tiempo se trata de estar al 100, hay rachas para todo.

Se flexible y libérate de culpas

Recuerda que estas épocas también son para disfrutar, convivir y recargar energías. Si algunos días no logras entrenar, no hay ninguna necesidad de lamentarse.

 La clave está en regresar a tus hábitos cuando te sientas renovado. Lo importante no es la perfección, sino la consistencia a largo plazo.

Ni el frío ni las vacaciones tienen que ser enemigos de tus planes de autocuidado. Al contrario, pueden convertirse en una oportunidad para reinventar tu relación con el ejercicio, explorar nuevas actividades y enfocarte en mantenerte activo de forma inteligente. No se trata de ser perfecto, sino de ser constante y flexible, adaptándote a las circunstancias.

Recuerda que el movimiento no solo fortalece tu cuerpo, sino también tu mente y tu energía para afrontar cualquier reto. Aprovecha esta temporada para cuidar de ti, descubrir algo nuevo y demostrarte que incluso en momentos de cambio, puedes mantenerte comprometido con tu bienestar.

¡El esfuerzo siempre vale la pena!